juanitorisuelorente -

miércoles, 20 de marzo de 2013

OTRO SILENCIO

(Imagen de la red)


















Ha enterrado
a ese hombre solitario
                              el río seco,
algunas noches de vida,
mentiras de amor entre los charcos,
un hijo que huele a quemado.

Se quejaba de verme bailar
con la luna -creía-,
mientras él con la más fea
-la eterna espera-.

Entonces llegó.
             Llegó la lluvia tardía
al campo muerto,
llenó sus ojos
de verde esperanza,
le recordó aquello
que a mí me hizo temblar la edad...
                Llegó golpeada y madura
de abriles a renacer en su tierra
de color inocente,
                             de ansia llena...

Hoy luce en la lápida
el nombre de los torturados
-¡gotas de vida y tanta muerte!-,
hoy ha muerto sin nacer la vieja pregunta.

Vuelve a estar solo,
                        aunque en sus noches
duerma con él -de por vida-
otro tipo de silencio.

2 comentarios:

  1. Es la triste realidad, que plasmada en esta obra, luce bella y el silencio es otro, si. Paz.

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  2. A veces se añora una compañía que luego nos jode la vida. Mil veces mejor solo que mal acompañado. Gracias Luz María, por tus palabras y tu visita

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