Vienes
lenta.
De
ti misma a ninguna parte.
Yo
soy un destino de regreso a casa.
Sin
aventura.
Estás
quieta de dentro, en fuga
sólo
las manos que tocan por ver,
el
cuerpo que mira al revés de los ojos.
Yo
fui de aquellos sin huesos
que
amabas caminando.
Ángel
caído.
De
los de noches entre otros.
Hoy
me tienes lenta.
Muerta
de esfinges. Estás
en
un cuarto estacionada
mirando
más atrás que adelante.
Dejándome
caer un fragor ensombrecido.
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