El daño respira con toda
naturalidad
en la cavidad del monstruo.
El olvido corta en heridas
abiertas
recordando a la sangre su
silencio.
Así,
el camino deja rastros de
animal ciego.
El daño aprieta cada noche
que se cierra
donde apenas respira ya la
penitencia.
Los fríos desnudan otro día
sin suerte.
Pero no hay ceniza en las
cadenas.
Hasta
Hasta
la última tarde mostrará
el desierto
sus
espejismos..........hasta la última
lágrima hacia
adentro............hasta
que la muerte venga de la
vida......
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