Sabes no mirar mirando,
plantarte ante mí con el cuerpo
hacia otro lado, con
la cuerda tendida como linde
y como balcón donde asomarte
sin ninguna prisa.
Sabes mostrar la vida estable
y la que sigues en otra dirección,
la que vives sin esfuerzo, grata,
y la que no tiene mucho o nada que perder.
Logras que adivine la gana de tu deseo
junto al deseo que no tiene ganas
y menos saber de mí.
Que me gustan las traviesas... No las traviesas de la vía, no... tú ya me entiendes... jajaja
ResponderEliminarSaludos y buen fin de semana.
A nosotros nos llamarán golfos...y no el de Cádiz jeje. Un abrazo Antonio
EliminarInevitable el juego en las cosas del querer.
ResponderEliminarSaludos Juan.
Juegos inocentes, dicen, no sé no sé...
ResponderEliminarHola Elena. De nuevo en casa. Espero que lo hayas pasado bien, que esos días hayan servido para lo que se toman. Nosotros este año de cuerpo de casa, que se dice, con la abuela que no está para mucho trote. Pero bueno , otro año será. Un abrazo, me alegra verte de nuevo
Versos juguetones. Las traviesas son irresistibles.
ResponderEliminarSí, y nos ponen muy tontos, y para nada jeje. Un abrazo Marcos
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