juanitorisuelorente -
jueves, 2 de agosto de 2012
DE NADAS
Hacer y hacer,
y ya no hay nada que hacer.
No deja opción alguna lo hecho
pues se hizo bien.
Abría nuevo lo acabado,
quedaba cercano en el tiempo y los ojos,
traía prisas y dinero, alegría,
la certeza de no pensar lo contrario.
Parado quedó el hacer tras lo hecho,
varado en la playa de los deseos,
en mitad del mar de los sueños,
y provoca insomnio, miedo,
cada amanecer de tránsito,
cada recuerdo agredido.
Y se bajan los brazos...
se derrama la risa donde sobran nombres...
desciende la mirada entre invisibles temblores...
respira en todo la nada...
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