De nuevo barro
convertido en oro
vuelve a barro.
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Es un desierto
mi ciudad habitada
por sus fantasmas.
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Nadie sonríe.
Hacen alguna mueca
los indecisos.
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Sonidos rotos.
Las mañanas despiertan
a los silencios.
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De la memoria
nace la esperanza,
de lo que fuimos.
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Nadie sabe ver
más allá de la noche
los sueños nuevos.
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Ni nadie dice
hacia donde caminar,
qué esperamos.
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Incertidumbres,
mientras pasan los días
sin voz ni nombre.
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Secas las ramas,
separado el tronco
de sus raíces.
Una hermosa ciudad inspira hermosos versos.
ResponderEliminarUn abrazo Juan.
Crudos los llamaría yo, me gustaría más que me inspirara otras cosas jeje, pero así están las cosas. Un abrazo Elena
EliminarUn tributo precioso a tu ciudad. Me han gustaod todos pero, con tu permiso, me quedaré con la ciudad desierta, habitada por fantasmas. Un abrazo.
ResponderEliminarCon este silencio parecemos fantasmas, si, jeje. Este no me ha sido difícil. Un abrazo
EliminarBellos haikus como perlas, que forman un collar que es una joya.
ResponderEliminarUn abrazo grandote.
Collar de momento de perlas negras. Joya con los pies de barro. Un abrazo Laura, gracias por venir
Eliminar9
ResponderEliminarSólo la fe es
el amor profundo por
el prójimo hoy.
Manuel Castro (15 Haikus para mi ciudad)
Del Libro inédito: Los Abimos del Cielo, 2020
https://manuelcastropoesias.blogspot.com/2020/08/15-haikus-para-mi-ciudad.html
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