juanitorisuelorente -

miércoles, 10 de julio de 2013

REPEAT (Relato)

(Imagen de la red)


Hacía calor. Mucha calor. No hoy, que el frío congela hasta los huesos. Frío plagado de sudores. Amador está en el mismo lugar que hace 6 meses, y bajo el manto grisáceo de nubes vive de nuevo el sol asfixiante de julio, casi justo al mediodía, vive la prisión metálica contra su cuerpo, de una silueta casi perfecta, que, si bien, no le produjo ni un solo
arañazo, apenas le permitía respirar. Iba solo, y las horas hasta su liberación del coche es una película sin cortes que le pasa integra la cámara de su memoria. Sigue haciendo calor, mucho calor, un infinito calor. Vuelve a ver los dientes de la cizalla rozar su pecho, el chirrido de los hierros al doblarse, respira de nuevo con algo de ahogo por el humo que provoca la radial, al tiempo que vuelve a oír el esperanzado grito de algún bombero, y recuerda su sudor, a sus ojos mirando desesperadamente a la vida.
Amador está hoy en el arcén de la misma curva, abrazado al volante de un coche similar, con los cristales delanteros bajados a pesar del frío exterior intenso, y justo, tras pasar el mismo intervalo de tiempo, vuelve a sentirse liberado, vuelve a estirar sus piernas, sus brazos, y a repetir en silencio: Tranquilos, tranquilos, estoy bien, no me ha pasado nada.
Arranca entonces el BMW, y empieza a pensar en sus cosas, a notar la temperatura ambiente. Sube los cristales. Y piensa en Luisa que le espera para comer, en el regalo que le lleva a su niña, su Luisi, sin venir a cuento.

Y sumido en sus cosas se dispone a retomar la carretera, cuando oye de fondo un chirriar de frenos, y vive de nuevo el terrible impacto. Entonces empieza otra vez a sudar, a respirar con dificultad. Pero algo no es como antes. Los cristales de sus gafas solo le permiten ver una cortina de sangre...   

No hay comentarios:

Publicar un comentario