Desde
hace un tiempo miras sin hablar
lo
que digo.
Es
un vicio que tiene futuro.
Entre
las masas de delante sigues a lo tuyo
y
sólo te sientas a escucharme si te apetece.
Qué
curioso, yo hablo solo
y
cuando tú me escuchas yo no hablo.
Estás
en casas que no conozco,
la
mía, por ser la misma, surge para ti
cada
vez nueva de un cajón.
Representa
lo de detrás que no ves,
cada
frase descuidada
que
entiende no ser comprendida.
Ya
sé, faltan ojos, y de ahí para abajo
-no
siempre-, razones atrasadas,
instantes
en el tiempo a destiempo,
puentes
de afuera adentro, que no ceso de decirte.
La
lejanía no se ve ni tan de cerca,
Un
espejo de niebla que delante y detrás
no
muestra caras, vidas acaso, pasados,
sueños,
planes del día siguiente.
Tiempos
que hospedan calores que no tienen.
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