No
sé si voy descalzo o no
cuando
a ti camino.
Será
que lo nuestro
no
es quehacer diario,
confesiones
del día a día.
En
mí solo bulle la necesidad
de
ser de ti a ratos.
Y
a ti es así tan poco.
Tan
poco
no
graba nombres en los corazones del árbol,
ni
añade candados a la curiosidad de un puente
...no
pide deseos a las monedas bajo el agua,
sin
embargo su instante,
lo sé, y
me dices,
nos
sabe a vida,
y a mí,
su
vacío, a regresar a praderas
y horizontes.
Precioso tu poema, Juan. Abrazos.
ResponderEliminarAmores sin ataduras...no siempre lo ideal. Gracias Marcos, un abrazo
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