Llueve por donde estás desnuda,
y el viento arrecia, hace frío…
El calor que no te falta
no basta para toda la noche
ni para algún instante del día.
Tu vida no hace guiños a la vida, y así
solo nombras lo que ha quedado atrás,
y así, tu mayor certeza solo retrocede.
¿Qué más te puedo decir?
Son apenas un mañana incierto
miradas desde el hambre sin salir de casa,
desear solo evadirte en mundos
donde nada crece…
Yo solo dibujo tu silencio,
ya lo sé,
pero dime desde el respeto que me tienes:
¿No tiene ya suficiente invierno
la desdicha?
Un final estupendo, amigo Juan. gran poema
ResponderEliminarGracias Marcos, me alegra que te guste, abrazos...
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