El temblor desvela palabras únicas,
indescifrables voces
que no dicen todo lo que saben.
¿Qué es eso
que tergiversa quién eres?
Esperan en silencio detrás
las palabras sin suerte,
sin ninguna posibilidad.
Y han cincelado tu rostro,
pasando inadvertidas,
casi a tientas,
las manos que escriben
tranquilas,
así el poema,
en armonía con los ojos
que disfrutan poniéndole nombre
entre besos desnudos.
¿Por qué, entonces, no afloran indemnes,
por qué en la lengua chirrían sin gracia,
por qué fogosas tiritan de frío?
Es que a veces las palabras se aturullan, otras se agarrotan en la garganta y otras se esconden y no hay manera de encontrarlas. Nada grave, a veces el silencio dice mucho más que las palabras.
ResponderEliminarSaludos Juan.
Recitar es un mundo distinto al de la escritura, hay buenos escritores que recitan mal y viceversa. Si se complementan es estupendo, y si no no pasa nada. Un abrazo Elena
EliminarSolo quien emite las palabras puede descifrarlas, el resto solo son presuntas interpretaciones.
ResponderEliminarAbrazos alados, Juanito!
Cada uno tiene su papel, Diana, es difícil a veces entender al que escribe pero es bonito que ese escrito de pié a interpretarlo a nuestra manera. Un abrazo
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