juanitorisuelorente -

jueves, 18 de octubre de 2012

MI REGRESO CONTIGO, SIN TI





Amanecen el amor
y las palabras.

Me tambaleo levemente...

Se diluye la promesa
en el paisaje inquieto.

...nace inestable a la mirada...

Me mece ahora un vaivén
distinto a tus brazos
y otros ojos me miran.

Estoy despierto...

Intento recordar entonces tu nombre,
y lo pienso,
y no cambia,
porque solo existe en ti,
 porque nadie puede ser tú, 
porque sólo siendo tú logras ser otra.

...¿quién eres?...

Tras la oscuridad
el paisaje pasa en la mañana que crece deprisa.
Puedo ver a través de mi reflejo
los raíles en la curva
y cómo ganamos el pulso al río.
No distingo los árboles,
sólo el fondo de tierra en tu cara.


Sufro de no tenerte.
Te alejas en la noche
fundida a mi memoria.

Ahora sonrío a quién no me importa...

Y no deseo contestar preguntas,
ni hablar de mí,
ni sonreír a frases amables.
Apretado en el departamento
me siento perdido y solo.

...aún hierve en mí el vacío que dejas... 

De nuevo,
como cada semana,
la bocina me recuerda tu cercanía,
tus brazos inmóviles,
tu mirada perdida en la lejanía,
tus profusas palabras, tu prisa,
y vuelvo a cerrar los ojos
para intentar verte
imaginando tus brazos abiertos,
tu sonrisa.
Y vuelves algo difusa,
y vuelvo a mecerme sin moverme en ti,
en tu mismo cuerpo, en tu misma cara
pero en otra mujer, otro nombre,
tu nombre,
esa que me regala cada viaje
su silencio.

Tiemblo.

...deseo la llegada, amor,
también el regreso...


Los trenes se cruzan,
chirrían los frenos.
 Hay murmullo en el anden.
 Risas.
Me miras, sonríes,
 no gritas mi nombre...



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