Mi
herencia fue una torre y su defensa,
diario
trabajo y poca recompensa.
Legado,
con el eco del pasado
muy
presente, conocido, trillado,
donde
todo se logra trabajado,
donde
todo es duro, todo es sudado.
Fue
mi sangre un navegar sin sosiego,
un
pulso a la nada, un deambular ciego.
Hoy
vence al sudor la mente propensa
a
ver encendido el mundo versado,
a
ansiar otro existir, aún labriego.
me gustan tus rimas jotabé!
ResponderEliminarSon divertidas de construir, Marcos, lleva un tiempo de poesía y matemáticas jeje. Un abrazo
EliminarJuan..." Desacato "
ResponderEliminarGracias a los periodistas, hay menos personas trabajando
en la obscuridad, porque no le blanquean los papeles, para
darles poca recompensa como dices en tus letras.
¡¡¡ interesante !!
un beso
Dejar atrás lo establecido, la vida más o menos conocida, rutinaria, Doris. Un abrazo
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