Mi
ciudad tiene inquietudes tendidas
al
sol como camisas desteñidas.
Fue
bienvivir por costumbre el presente,
sin
pensar en otra opción que fomente,
modernice
la actividad vigente,
la
culpable de una ruina evidente.
Hoy
se escuchan susurros que levantan
leves
voces que al futuro quebrantan.
Y
poco a poco despiertan vencidas
viejas
posturas de bella durmiente.
Se
acabó el cuento, razones achantan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario