juanitorisuelorente -

domingo, 16 de junio de 2013

EL OTRO LADO

(Imagen de la red)














Siempre he nadado a contracorriente, siempre he huido de lo cotidiano, tengo muchas inquietudes, nunca he seguido el camino establecido, y eso me habrá hecho -seguro- estar siempre al otro lado.
El otro lado es ese lugar habitualmente desierto, habitado por algún esporádico lunático, aunque yo prefiera llamarlo inconformista.

Nunca marcó tendencia la rebeldía, no crea escuela el vagabundo, el que busca todo en la nada, respuestas donde no hay preguntas.

Un telediario me auguraron de vida laboral autónoma todos los empresarios -viejos todos- de mi ciudad cuando con 20 años me decidí a emularles. Claro que desconocían que abrigaban mis espaldas pilas Duracell -la cabezonería que heredé de mi padre-.
Ni una sola muestra de afecto, ni un solo dedo de sus arrugadas manos me ofrecieron, ni siquiera por cortesía. Y tuvo que ser el afán y el buen hacer de las mías lo que les tapó la boca con hechos -los hechos suelen ser muy cotillas-.
Luego, y fiel a mis principios anti todo, me recreaba en demostrar una y otra vez que era capaz de cruzar por el alambre de la creatividad, y no por narcisismo sino tan solo por lo peregrino de descubrir todos los límites de mí mismo.
Batallas -todas- que la riqueza pierde de antemano, pues todos son tesoros solo para la mente y los ojos.

Un telediario, un arrebato de ingenio, sin continuidad, me auguraban los viejos -no de edad- del lugar cuando me decidí a construir solo con palabras.
Así que como ya estaba al otro lado no necesité hacer mudanza.
Ni una sola muestra de afecto, ni un solo dedo de sus excelsas manos me ofrecieron, ni siquiera por cortesía.
Tiene que volver a ser el afán, o el buen hacer -las palabras no tienen amigos-, el que les muestre la innecesidad de sus consejos o influencias, la innecesidad de las dádivas de su lado -la razón no entiende de eso-.

En fin, me gusta este lado, será que no he probado el lado fácil. Aquí las palmaditas en la espalda me las puedo dar con el mata moscas, y si luzco, por un casual, alguna medalla será porque seguro me la he ganado.
Bueno, algún regalo espero para San Juan -también hay gente que me quiere, no solo de mi familia-, un libro, por supuesto.




1 comentario:

  1. Juan " El otro lado "

    Siempre hemos pensado que del otro lado
    las cosas son mejores, como la mujer del vecino, sabiendo vivir la vida todos los lados nos brindan un mejor vivir teniendo Fe en lo que hacemos.
    Me ha encantado la imagen

    ¡¡ muy interesante !!

    un beso

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