Tienes
perdidos los ojos
que un día habitaron brillos.
De lo jovial de
nuestro trato a este mirar sombrío,
impropio
floreciendo la infancia
¿Acaso
¿Acaso
necesita el odio
tu inocente paraíso?
Solo a ti hacen
daño las ajenas cicatrices.
Efigie de fondos
marinos, o Maneras de no verte nunca,
susurramos como
luces en tu orilla.
Juguete de la
madre de la madre -lo que recuerda-,
hombrecito con
espinas en el alma -lo que veo-.
¿Sabes? Eres
invisible detrás de la cortina,
pero aún conozco
tus zapatos.
Y todo esto tiene
truco.
Eres
Eres
un conejo en la
chistera.
Solo el tiempo
puede hacer de mago.
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