No se hostiga y tu odio avanza.
Penetra otros cuerpos, y crece
sin necesidad ya de alimentarse.
El pasado son pasillos oscuros y
silenciosos,
cientos de puertas que esperan
pacientes ser abiertas.
Dentro, condenados a girar sin rumbo
tantos recuerdos que no ardieron
de esa llama que prendió la nada.
Hasta que se aburran o los deshaga el
tiempo.
Te marchaste a un lugar inaccesible
para mí, y a veces odio lo que me he
perdido.
Deberías entender que no siempre somos
gigantes
y logramos que tiemble la tierra.
Hola Juan. Me ha encantado el final de este poema, amigo. Ya tengo tu "Olor a invierno" y he de felicitarte. Me ha encantado tanto su aspecto como su contenido. Espero que tengamos ocasión y me lo dediques algún día. Abrazos.
ResponderEliminarQué tal Marcos, sí, espero que coincidamos en cualquier ocasión. En cuanto al cartonero seleccioné poemas algo antiguos, quiero decir de los primeros que escribí, pero que me gustaban, y espero que les vaya bien con él en las ventas. Un abrazo
ResponderEliminarTienes una sensibilidad especial para transmitir sentires en tus poesías. Con buena sintaxis te apegas a un tema particular y lo desarrollas con claridad. Y sin embargo logras lo que se espera de la poesía: que sea un generador de pensamientos, de modo que cada lector se quede meditando.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Es lo que intento, Orlando, que no se lea de corrido y se olvide rápido sino que invite a volver a leerla y si es posible a pensar. Gracias por tus palabras. Un abrazo amigo Orlando
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