Cuando
yo era azul no tenía color
la
absurda evocación de lo poseído.
Toda
esa pasada carga pesaba apenas
sin
ojos ni corazón, forma siquiera.
Mi
mirada seguía mis pasos
y
leía tan solo del tiempo no escrito.
No
había otro color.
Tuvo
que nacer de nadie, parirse a solas,
beber,
crecer de mí sin mí.....
prestándome
atención sin tener mi confianza.
Cuando
yo era azul azul era
su
creencia y yo no lo sabía.
Me
habló de principios, sus voces tenues,
de
lo que abrigo y no acaricia el viento,
su
profundidad inmóvil, su luz a oscuras.
Me
habló y se giró a hablar a otros.
Entonces
escuché.
Cuando
yo era azul azul ya era
su
palabra, y azur me quise.
Y además, mi color preferido es el azul. Fíjate si mehagustado este poema.
ResponderEliminarDos fuerzas contrarias que al fin se unen. Nunca es tarde, espero. Gracias Marcos, un abrazo
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