Me
envuelve tu gracia adolescente
-tu
ser niña no siendo-,
me
rompe verte si levantas una mirada
que
me vierte ojos, ojos, ojos. En secreto,
entiende
al corazón el silencio
de
cuanto dices. Se atiene aturdido
a
tu interior y su fondo. Y aunque ampara
tu
piel entendida la espera la carne
exaltada
la sufre. Su asombro se adueña
del
corazón y sus latidos. Que nos delata.
Y
no deja de asomarse otro vivir dispuesto
a
otra vida. Conduce a su vaivén
el
horizonte. Lo que solo contiene
qué
somos cruje de pequeño.
Le
cabe más en lo que tiene.
Me encanta ese vertir de ojos, ojos, ojos. Muy buen poema, amigo Juan. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Marcos, ya lleva algunos años escrito, lo cuelgo de vez en cuando. Un abrazo
EliminarCierto Juanito! nada es demasiado, ni nada es suficiente, cuando de inspiración y de amor se trata.
ResponderEliminarMuy bello!
Besitos de mariposa.
Desde luego Diana, mejor que sea infinita jeje. Gracias, un besito sin alas
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