Para
volver a enfrentarme al mañana,
al
modo donde ya el espejo se rebela,
me
exijo eludir modelos del nunca más.
Como
intenté, generoso, personalizar lo pequeño,
cada
momento en que fue no es imposible,
nunca
sabré. Sabré edificar
con
la voz cómplice de los viejos recursos
-perdida
la filosofía de la impaciencia,
el
intentar justificar mi ignorancia-,
sabré
de lo que hice porque nacer no me atrevo.
Quisiera
salir a escena reflejado
en
la distancia inmóvil, la realidad ausente,
volver
a permanecer en ella sin cómos ni adondes,
en
la corriente que arrastra a los placeres,
siempre
enigmas.
Hoy
el triunfo solo se mueve a primera vista,
el
instante no pretende ser solo cada uno,
y
no me importa llamarlo lucha aunque desee futuro
si
pronto se ira a dormir junto a pasados siempres.
Deseo
estar ahí, sin embargo, también para mí.
Vivir...a
cambio.
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