juanitorisuelorente -

martes, 16 de abril de 2013

DE PÁJAROS

(Imagen de la red)















Mis cielos no están quietos,
y así se comprenden mis sudores.

No recuerdo ni una sola calle
donde a mi paso ya hubiese ceniza,
ni nada en mis manos
                              robado a sí mismo,
ningún peldaño tan alto
en el que al menos no pudiese
apoyar los brazos.

Mis imposibles presumían
                 de no tener pasado,
siempre rodeados de cemento.

Sin imágenes prestadas
-esbozando el futuro en el aire,
aprendiendo solo de seguir siendo,
viendo la luz un mundo de pájaros
                      y música inaudibles-,
ese era su trigo, su madura
y constante inocencia.

Cerca del ahora inútil
conservo el hilo, sus cientos de nudos,
todas sus ganas de hacer.
Pero la vida hace de fiera dormida,
y permite lucirse a algún viejo desorden,
                       oír otras músicas,
ver volar nuevos pájaros.

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