En mí es blanda la piedra.
Bulle la cabra en los montes de invierno,
lleva mi sello con orgullo,
el calor y el frío en la lengua y la sangre.
Está aquí lo más lejos,
lo más alto, sí, siempre,
pero tú a veces olvidada muy cerca.
El amor es un refugio en la noche,
y cada día caminos nuevos, muros…
escalones…
“Lo palpable a la maleta, me digo,
y lo invisible a otras cabezas, la
aventura es la rutina
y el horizonte la salida”
Soy tierra, el mismo gesto,
un espejo roto, la otra orilla,
la lluvia, olas, el viento, parte de mí,
y luego el regreso a casa….donde
todo acaba…es cierto…hasta mañana.
Estupendo, amigo Juan. Me ha gustado mucho "pero tú a veces olvidada muy cerca" Gran poema. Abrazos.
ResponderEliminarSigno genuino de tierra, gracias Marcos, un abrazo
ResponderEliminar