Prólogo
El cielo ha
derramado un frasco de tinta sobre el mantel gris, y solo se le
ocurre limpiarlo con mucha agua.
Son las ocho
1.- Paciencia
A todo lo que
pasa digo adiós,
el pensamiento
calla como desgracia,
lo que quiero
del pueblo está cerrado,
ayudo a una
señora bajita a coger flores
inalcanzables de
un muro para sus sabañones,
desayuno en un
bar a la vista de todos,
doy vueltas por
la nada para qué.
Hace frío. Tomo
fotos para no regresar.
Vuelvo al coche
y espero al cierre. Escribo.
Hoy solo me vale
la paciencia.
2.- Parece...
Este pueblo
parece estar
sin dar un paso
atrás.
Recuerdo en su
modo
el nuestro de
antaño.
Nuestro pozo en
ellos
es continuación.
Sigue la paz
con menos,
saludan a desconocidos,
circulan a su
bola, los hombres
en su rol de
hombre, las mujeres
en sus cosas.
Este pueblo parece
de lo nuestro
aprendiz, pero incluso
lo más bajo
parece tener techo.
3.- Universo
No veo destierro
en volver
y volver aquí
mañana.
El trabajo es a
veces un bien
donde duele.
Muerde
por lugares
difíciles de coser
pero que el
tiempo también cura.
El para cuando
otra cosa no hierve
sin esta llama.
No cesa lo obediente,
y así crecen
las salidas. Gracias
por estar es la
gracia universal.
Muy repartido
anda el callejón amargo.
Tú caminas,
hoy cualquier
labor es universo.
4.- Sol
Hoy llueve en tu
trabajo.
Amenazan nieve
los temblores
del mediodía.
Este lugar
tan lejos de ti
sabe a gloria
del día, a
repecho que hay que tomar
con calma. Aquí
el verano tarda más
en apagarse, y
ahora, en invierno, pinta
paisajes a cal.
No hacen ruido
las calles pues
se compra todo de una vez.
Tu ventaja es
que has estado castigada
contra la pared
un tiempo oscuro,
y así ves salir
el sol donde no.
Huelma, 18
enero 2014
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