Están
solos en el aire,
quién
lo creerá sincero,
vuelan
sobre las espigas,
andan
a menudo el cielo.
Son
rumores de la noche
voces
de decir te quieros,
amor
de romper los labios
de
tanto besarse ciegos.
Yo
les digo: así desnudos
podréis
escalar el miedo,
cuando
salten las alarmas
no
podrán abrir su sello.
¡El
amor ha comenzado,
decora
de azul el tiempo,
azules
son sus miradas,
azules
su sentimientos!
Nacerá
ese amanecer,
despertará
a ser espejo,
ladera
de una montaña
al
abrigo de los vientos.
Permanece
ahora solo,
ha
de pasar el invierno
por
oscuros callejones,
y
por no tener recuerdos.
Todo
flotando en la nada,
todo
viviendo en secreto,
todo
hablando del amor
entre
los ajenos gestos.
Al
igual que el centinela
de
enemigos les protejo,
si
soy la voz que vigila,
si
salgo de sus adentros.
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