A veces
las cosas más sencillas son lo bueno
que nos
pasa. La memoria compara
los
mismos frutos bajo las verdes ramas,
y yo me
quedo con el ir y venir cargado
de
palabras. Con las historias que sabíamos
escuchar,
arrebañando aceitunas de la tierra.
El
mismo trabajo y sus viejas canciones.
La
escuela de los profundos afectos,
y la
curiosidad de mis orejas de niño.
Hoy el
campo hace ruido. Su nuevo idioma
usa
palabras que no traduce el diccionario.
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