Te pido lo que
me das
pero nunca me
das todo lo que te pido.
Así haces lo que
quieres hacer
y de ningún modo
lo que quiero que hagas.
Es manera de
guardarte algo tuyo
y de mí no
conocerlo todo.
Tu hasta aquí
puedes llegar
es a mí el
llegar hasta donde pueda,
mi lo que hay es
esto
a tu esto es lo
que hay.
Insatisfacción
que cede demasiado pronto
satisfecha.
Me ha encantado este juego de palabras; así es la vida: un intercambio.
ResponderEliminarUn abrazo, Juan.
¡Qué arte inetrcambiando palabras! Creo que es una verdad como un templo ésa de que nunca lo damos ni lo contamos todo.Nadie lo hace.
ResponderEliminarQue pases un feliz fin de semana, amigo. Un abrazo
He visto de casualidad tu comentario en spam, y acabo de pasarlo aquí, no sé el porqué ha pasado eso. En fin, ya sabes que cuando nos dan un dedo nos tomamos la mano, somos así, así que no está de más que nos frenen para que todo no sea carretera. Un abrazo amigo Juan
EliminarEa, es el juego amoroso, Laura, el no sentirse nunca satisfecho para, pataleando y a medio camino, quedar siempre satisfecho. El inconformismo como lema tal vez para ahogar y patear a la rutina. Un abrazo
ResponderEliminar¡Qué bueno! Me maravillan estos juegos de palabras que tienen como conclusión una gran verdad. Esta vez, además, me he identificado plenamente con este poema. Un abrazo.
ResponderEliminarEs difícil estar completamente satisfecho con todo en la vida, y tal vez esa sea la salsa, no siempre amarga, que sazona el aburrimiento, la sensación de que siempre nos falta algo. Gracias Marcos
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