Escribo a mi amigo Nono
unas sencillas palabras
porque sencillo es su mundo,
porque sencilla es su alma.
Lo que a la persona aleja
de hacer sin que otro le
haga
en él obra cercanía,
no tiene una puerta falsa.
Corazón en una mano,
y la otra está en la cara
del amigo donde esboza
el dibujo que le clava.
Ese muro a media altura
que saltó de una zancada
no es una barrera firme
aunque apriete su tenaza.
Él siempre está entre la
gente,
entre la esquiva y la sana,
desbordando sentimiento
en los brazos que se abran.
Estudia en José Nogué,
son "Las cigüeñas"
su casa,
allí ha encontrado cariño,
mil rostros para su savia.
Ser dibujante es su sueño
pero solo de alta gama,
los que acarician el lápiz
como un temple de guitarra,
revisten cielos de papel,
con carbón siempre en sus
alas.
Es un chico singular,
igual desnuda su infancia
que viste de madurez
hasta la cuna del agua.
Yo me acerqué hasta su
cumbre
y me encontré a un niño en
armas,
con la humildad por bandera
y su cadena cortada,
un ejemplo de tesón,
y amigo de magia blanca.
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