A menudo
amaneces en el verso,
ronda de noche
en palcos del amor,
al alba no hay
en sus rimas pudor,
tan de ti, de
mí, todavía inmerso.
Siempre presente
la imagen primaria,
la sorpresa de
ser apenas fluido,
soldar a los
ojos nuestro latido,
en cada poema
luz solidaria.
Tras cada
encuentro su voz nos responde,
tras cada
redención desvanecida,
así
interpretado el amor no esconde,
no deja entre
tantos sueños perdida,
la evidencia que
al azar corresponde,
se llame locura,
se llame vida.
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