No pierde su luz
nuestro cuando
paciente. No
pierde pulso en los ojos
el rostro de
cada uno. Donde
crece la atadura
en lo cosido
en la piel
crecen los temblores
de adentro.
Huelen a beso los versos
a su vez. ¿De
nuestras palabras
será posible su
quisiera? El poema
desvela el
ansia, no se une a lo lenta
que arde la
soledad, y huye a la leve
distancia, a su
nunca despierto, a lo único
del ahora
encendido, a recorrer el puente
de lo
tenido.......a tanto tanto cierto.
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