juanitorisuelorente -

martes, 12 de julio de 2016

DÉCIMAS DE MI SANGRE

(Imagen de la red)



















AYER

(1)
Muy cerca se halla la infancia,
es la orilla de la suerte,
atrás quedará la muerte,
del pasado la distancia.
Te ha logrado mi constancia,
nunca el ser tan solo hombre,
llega el tiempo que algo alfombre
ese sol que no he sudado,
sembrar campos a tu lado,
construir cielos a tu nombre.

(2)
Yo venía de la tierra
sin ser grano entre los surcos,
siempre como perros hurcos
en las noches de la guerra.
Y la soledad me aterra,
con mi sangre doy primero,
llego a sueños si yo quiero,
pero por volar tan alto
quedan mundos donde falto
y el amor es justiciero.

(3)
El calor que no regresa
tal vez nunca fuese llama,
ascua o humo si no ama
aunque esquive la sorpresa.
Con un ritmo que no cesa
regresa por nuestros pasos
y ya viendo los fracasos
por la estela de los labios,
tarde son los ojos sabios,
lucen tenues los acasos.

(4)
Fue un destello de la vida,
puso a mis silencios rostro,
una imagen donde postro
ya sin prisa una salida.
Eres alma a mi medida,
vuelve el tiempo a la ventana,
en sus ojos ya te afana
aunque viva larga espera,
será luego vida entera
porque ahora el fruto grana.

(5)
Solitarios los poemas
con la voz en pos del hambre,
sobrevolando el estambre
con instantes como lemas.
Son tus ojos los teoremas
donde verso no he vivido,
en sus rimas florecido
el amor que no envejece
por paisajes que carece,
que reafirmen su sentido.

(6)
El mundo que ya no corta
a cada paso se afila,
bastaron al voz que hila
y lo que no se soporta.
La inmensidad ya no importa
cuando es firme lo constante
si no mira muy adelante
lo que el corazón despeja,
un espacio de pareja
de la tierra muy distante.

(7)
Nacimos de la palabra,
desde la raíz del verso
a compartir tanto inmerso
en nuestra ruina macabra.
Triste soledad que labra
un campo de corazones
del que florecen perdones
del sentimiento de culpa,
que al mismo tiempo lo exculpa
la magnitud de otros dones.

(8)
Nuestro adentro más entero
se abre al tiempo que sutura
desde el amor sin textura
al amor más verdadero.
Y le basta ser sincero,
ver la luz entre la hiedra,
y romper algo la piedra
que recubre a la razón,
no ser solo corazón
y no huir de lo que medra.

(9)
En el dolor primavera
y descubrir a la rosa,
a lo perdido la losa
si que reine es ya quimera,
que aunque siga él a tu vera
y tu cuerpo oprima el suelo,
pájaro no olvida el vuelo
ni otros sueños en el aire,
que aunque con otro donaire
acompañan a tu duelo.

(10)
Sigue hablando de futuro
el verso en su inocencia,
y hace gala de prudencia
aunque a veces salte el muro.
Va creciendo lo más puro,
y si ante la vida ensaya
es de piedra su atalaya
y entre todas una escena:
Nuestros pasos por la arena

de la orilla de una playa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario