Bajo cerros heridos y olivares,
con la sombra del humo ya lejana,
bulle enferma Bailén, antes lozana,
respirando su nombre en otros lares.
La tierra rica duerme en los hangares,
la cultura hace un guiño a la mañana,
remonta el vuelo el kit de mala gana,
en boga la fe, el hambre en los ijares.
Teniendo alma a su cuerpo lo castiga
si no acepta el porqué de estar
parado,
con postales de barro lo fustiga
e innovar continúa agazapado,
y el mar verde es futuro que algo
abriga,
la cultura un trabajo incultivado.
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