juanitorisuelorente -

jueves, 16 de febrero de 2017

EL REGRESO (Romance)

(Imagen de la red)

























En la voz profesional

no hay adioses para siempre,

porque le cierren los ojos

o el trabajo le de muerte,

mientras tenga algún resuello

la mortaja que le espere,

que aunque el mar parezca en calma

él respira con los peces.

Hay momentos en la vida

de ceder a lo que viene,

tiempo de asumir errores

y de hablar por las paredes,

pero roe el gusanillo

si la edad tiene aún dientes,

que si el miedo asusta al alma

luego ella a solas se yergue,

y golpea en el pasado

por los muros que le escuecen,

los que parecen eternos,

que los otros solos ceden.

El destino abre una puerta

y la sangre está en luz verde,

solo basta conectar

el deseo a la corriente,

para notar el calor

en cada poso de nieve.

El proceso es natural,

pero sin metas celestes,

que ese perro apaleado


hasta al menor ruido teme

y ahora le hace feliz

lo sencillo de la suerte:

respirar el día a día

el cariño y sus vaivenes,

y del trabajo lo justo,


que siga hasta donde llegue.


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