juanitorisuelorente -

lunes, 15 de agosto de 2016

INOCENCIA

(Imagen de la red)



















Se desordena el ahora,
todo lo que viene después,
y ya no se puede hacer nada.
La vida cuenta donde vive
y no distingue las señales
de dar por hecho y estar seguro,
y qué decir de ser lo único.
Así llega otro mundo que ver,
otro ser donde se es,
y ya no se puede hacer nada.
Al recorrer a media voz
el futuro conocido
cuantas cosas caen encima
con estupor, cuando dice,
escucha tembloroso la parte
más ajena e irrefrenable.
Basta lo que siempre se ha deseado,
humedecer la mirada precisa,
y ya no se puede hacer nada.
Se va encontrando en pequeñas dosis
al silencio, al azar
a alguien caminando,
una rama caída, un volver a mirar
un gesto, una mano helada,
un sueño por dentro, la vida de verdad,
y no, ya no,

ya no se puede hacer nada.

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