Es viejo,
los cuerpos contra la pared
y no saber qué hacer.
Hay rotos
sin la palabra basta
porque no los abriga
todo el invierno,
y corregir habla de la
muerte
a la cara, no sólo
queriendo ser alma.
Dan ganas de arrancar el
corazón,
pero también
de hundirse en la luna
-soñar donde el mundo-,
llorar frente a nosotros,
y esperar.
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