juanitorisuelorente -

jueves, 2 de junio de 2016

ELLA

(Imagen de la red)
















Ella,
quizá sirena, pétalo, latido
secreto de mi sangre, hila versos
que hablan por mí. Ella,
acaso entre mis manos racimo,
juventud, música en el espejo,
escribe en mi azul de las horas muertas.
Puede ser
tan larga confidencia, tal sed
turbadora, tal horizonte de aroma,
que no puedo dejar de ser
aire, aire, aire peregrino
que cobijen sus verbos, árbol
que acaricie su relente, pájaro
esclavo de su estrella.
Ella,
incluso apenas palpito, imagen, ilusa
entraña en el alma, es como nadie
esencia que trasluce futuro, profunda
raíz que contradice a lo vivido. Ella,
inefable amanecer, íntima
corona, infinita cima de la lluvia,
circunda la llama,
e integra en los muros de la carne
toda linde

con tan solo el amor como testigo.

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