juanitorisuelorente -

miércoles, 14 de noviembre de 2018

EL DOLOR

(Imagen de la red)













Toco los sesenta y uno

y hasta ahora me respeta,

sin siquiera conocernos,

el dolor que me rodea.

No quiero pecar de ingenuo

y me abrazo a una madera

porque en los uys de mi vida

ha rozado mi entretela

y lo he visto muchas veces

con el rabo entre las piernas.

No me ataca el puñetero

salvo alguna menudencia,

salvo el set de quita y pon

al que no se le echan cuentas,

y sigo teniendo ganas,

hasta cierta fortaleza,

de seguir abriendo mares,

construir en las estrellas.

Pero también es un puente

donde el corazón me lleva

a sentir el que en tu carne

de modo tan cruel se ceba,

y aunque no sienta lo mismo

hasta mi razón se niebla

si de mí quisiera darte

todo el estar bien que pueda.

Hoy me bato con su alma

aunque aún no me contempla

y le arranco las raíces

con las cartas que me deja

que es vivir muy de la muerte

con sus sombras en la hoguera.



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