Con
un purillo en la boca
y
la mirada de paja,
trabaja
porque trabaja
el
fin de la vida loca.
Ahora
es lo que le toca,
caminar
sobre el alambre,
que
el alcohol no halle el hambre,
olvidar
ya sus errores,
que
dejen en paz sus flores
todo
el grueso del enjambre.
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