El miedo apenas retrocede si es de verdad
-recostado para no dejarse ver-.
Nuestro miedo, unido, sigue siendo miedo
-al fin y al cabo miedo-. El miedo
es dueño de todo afuera, pero dentro no nos sirve.
Ha de salir nuestro miedo, porque
es un miedo a ser honesto, a ser consciente
de nuestros sentimientos. Ya
te encuentro en el acaso, espera tu regreso
cada noche mi alegría, regresas
casi sin darme cuenta a mirar de frente
lo futuro, sin olvidar el pasado,
nuestro miedo es de todo corazón.
Aún nos siguen restos de la inocencia,
para poder seguir sintiendo como niños
un nuevo comienzo, un nuevo después
entre horizontes de esperanza. Nuestro
miedo nada borra sino abraza
donde escribir su locura. En tus ojos
ya duro un beso.
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