Es simple decir,
y qué complicado saber.
No se mide el paso sucesivo,
deja hilos para anudar distancias,
va sin premeditación,
ni respuesta para el porqué.
Fue fácil decir,
dar cuerpo a los ojos de corazón,
dar de sí a la inconsciencia,
arrojarse al brazo de un poema,
y cuanto, qué complicado
saber. Saber que la vida también es
un puente que no se cruza,
un beso hondo que no te roza,
una calle por la que no se pasa.
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