juanitorisuelorente -

miércoles, 27 de abril de 2011

LA PALABRA INDIGENTE

La palabra ha perdido frescura y continuidad.
Parca en palabras la palabra ha quedado sintetizada a lo necesario y menos, a echarle cuentas como en un viejo telegrama.
Cuesta tiempo y trabajo hablar y no tenemos tiempo ni ganas.
Hay un esfuerzo justo, medido, en el que bulle todo lo que hay que decir, socialmente, con amigabilidad de antaño, momentos de abrirse y saltarse silencios a la torera, momentos que todo ser humano necesita antes de volver a cerrarse en banda, o a recurrir al mundo de moda del sms, mundo donde escribir: en bka crrad n ntran mosks o stoy + cntent entre otras burradas, o mundo virtual, facebook, tuenti, foros, blogs, donde hablar de todo y de todos, con todos, de todo lo que nos escuece dentro y hasta por las orejas.
Moderna palabra ésta de hablar a solas.
Modernos amigos éstos de mandarse sms estando a dos metros, o de los que, aún teniendo una profunda afinidad, compenetración, más quizá que cara a cara, nunca hayamos visto y tal vez no veamos nunca.
Moderna, paciente y selecta compañía.
Moderna palabra sin palabras.
Moderna amistad que enciende o apaga un clic.

4 comentarios:

  1. ... Reflejas la soledad,me ha gustado mucho.
    saludos.Un abrazo JUAN.

    ResponderEliminar
  2. La última frase dice mucho de las relacines modernas: Con un solo clik, borras a una persona, uan amistad virtual con quien has compartido días, meses o años de experiencias íntimas.
    Y nadie te lo echará en cara porque al mismo tiempo bloqueas su correo y todo va a Spam.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. La soledad acompañada, Jose.

    La moderna soledad.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Los amigos pesados están pasando de moda, esos que nos hacen resoplar cuando al fin deciden marcharse.
    Yo no desdeño esto,Juan, aquí comentamos cosas que no diríamos a nadie, pero he vivido en mi juventud otro tipo de amistad y la elegiría sin dudarlo.
    ¿Qué ha cambiado?. Es evidente que el poseer tantas cosas, casas, coches, dinero, tal vez nos haga desconfiar hasta de nuestra sombra.

    Un abrazo

    ResponderEliminar