juanitorisuelorente -

lunes, 29 de julio de 2019

NOSTALGIAS (De +2 a -6)

(Imagen de la red)















+2

Hay días, mundos, previos
a tu ausencia
que derriten la raíz cotidiana
de las horas que suman su tormento.
Contigo camino
por todos los sueños que aman,
como jóvenes animosos
con las edades de rosa,
perdiendo a su sombra
tras los besos silenciosos
del ahora inolvidable.
Contigo llueve
de dicha infinita
la voz de la tierra que anega
el viaje en silencio a las dunas
de un planeta solitario,
y que responde
a la sed de paraísos
con pilares de la sangre.

Te irás,
y dos corazones
ya comienzan a darse cuenta.



+1

Espero uno, dos,
crepúsculos del alma, uno,
dos, instantes en ti reflejados,
y pronto un sol que aminore un día
donde quedes oculta.
Espero,
uno, dos, besos alados,
y algún último suspiro envuelto de vida
tejiendo en la memoria
caminos eternos.
Con viejos recortes de otros veranos
espero otra tarde
de nostalgias desolladas
por la certidumbre, por los senos peregrinos
que, incluso, estando lejos me acogen.
Nostalgias, espero, que absorban a otra noche
que madure,
con sencilla apariencia,
a los niños que somos
cuando empujan, de nuevo, las despedidas.



-9

Aprendo a volar
en tu viaje de siglos. Aprendo de existir
que somos nosotros, dentro del alma,
universo a sorbos,
las manos hambrientas que cavan la tierra.
Divino y humano
para amar de la lucha su cálida luz.
El tiempo me borra
de todas las vidas, si hoy aprendo
a nadar
siguiendo al cuerpo que acoge a tu cuerpo,
en silencio,
dejando en las olas cientos de hojas escritas.
Pero no aprendo a dejar de verte
sin un bueno, sin un da igual, sin un sabes,
sin un y tú, sin un te quiero,
sin despertar a una rosa,
sin ser parte del día, de la noche, que tanto
nos pertenecen.



-8

La soledad no tiene caminos
en el mar de mi existencia. Por él flotan,
hinchados de sol, los pasos hacia nada,
hacia nadie,
apenas impulsados por tu voz, esporádica,
entrecortada que, dulcemente, anega de alegría
a los vacíos que me atormentan.
Hoy, los pilares de mis rutinas hablan
por donde callamos, hacen de ti
por donde fuimos, besan el aire
que aún sabe a besos, a mil adioses
y miradas de otro mundo. Y ceden.
Caen los brazos al fondo del agua.
Y en ese universo enmarañado,
pleno de belleza y soledad,
acaricio a todos los mares que mece la tierra,
y hacia algún puntito de nosotros
le sopla mi voz
un banco de rosas.




-7

Nuestros ojos, tan lejos,
visten tejidos del alma. Y nos hablan
sobre las olas y los delfines.
Rozan horizontes y regresan, al tiempo,
a sentir nuestras manos. Porque
nos miran tan abiertos a ser
que vuelan descalzos
yendo a los nuevos rincones,
regresando a los mismos silencios.
Nuestros ojos
son alas que siembran el aire
con el fruto sereno que se ciñe
al destino al que pertenecemos:
ser un solo corazón
en cualquier cielo del mundo.



-6

Entreabro en mi luna al verde rostro
de un instante presente y estrecho en su sombra
a todas las palabras
que tanto manifiestan, a los labios que besan
sus hondas raíces, y muero, aunque nazco
por los muros que no quiebran.
Y vacilo, apenas,
porque extraño hasta la dura piedra
que a mañanas no atienden, extraño
a los cuerpos mudos, impasibles,
por confines tan íntimos y transparentes
que no frenan la brisa divina, la gracia siempre virgen,
la luz más secreta.
Extraño a tu genio inmortal,
a los pechos que giran en mi oscuridad
irremediable, extraño
al azul indefenso, a los besos a golpes,
y a tantas libertades mágicas que tan ciegas
nos han visto...
Vacilo, tibiamente, detrás de las horas muertas,
pero necesito oírte
por horas que tengan la vida entera,
porque hoy sé, más que nunca, que necesito tiempo
de un verte infinito, perpetuo, inagotable.

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