juanitorisuelorente -

miércoles, 20 de diciembre de 2017

ELEGÍA A TU SILENCIO

(Imagen de la red)















Al silencio, más fiel lo haces callando

y en esa mina el otro se engrandece

siendo una voz de dos de ordeno y mando.



De una en una tu tibio ceder crece

y aquel grano te trajo este vaivén

que a su santo capricho bien te mece.



A la mínima voz, el primer tren

te lleva, con los temas a tu espalda,

al paraíso tras decir amén.



Nunca creyendo estar bajo su falda

si la vida te trata como grande

e incluso, ser, a muerte te respalda.



Cuando llega tu NO mande quién mande

no arranca un gesto dócil de la piedra

ni existe modo humano que la ablande.



Y ahora, tanto está bajo la hiedra

que ni arde al sol ni escucha el pensamiento

y, ciego, entre los viejos sueños medra.



Dime ¿qué solitario sentimiento

se yergue de los ojos compartido

tras su eterna espiral de desaliento?



Ningún cambio te borra lo vivido

y quién está tan hecho a su aire vuelve

por más que cubra un velo lo que ha sido.



Delegar en silencio te disuelve

si es hablar el pilar de la atadura,

la magia peregrina que la envuelve.



Así, la muerte frena la aventura

si ya como universo no enamora,

sigue con hambre escasa de locura

y solo los fracasos los explora.




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