juanitorisuelorente -

domingo, 29 de marzo de 2020

LA MORENITA




















Cruzando el manto rugoso
del corazón de la sierra,
como por hilos bordados,
asciende la carretera
hacia el rostro más sencillo
que ha de tener una reina.
Cuando su imagen me abraza
y me derrito en la piedra
voy por la orilla del mundo
rozando ríos y estrellas
a un lugar, donde mi fe,
rompa castillos de arena,
y lo que me crezca a espejo
de una mirada desierta,
de un horizonte sin alma,
de un corazón sin cabeza.
Madre, vuelvo a tu Santuario
cuando me salta la verja
el fulgor de las palabras
que nunca encuentran respuesta,
cuando en la tierra y su espanto
anda huyendo la inocencia,
cuando en tu lecho de rosas
dejo a mi rosa a la espera
de un destello refulgente
en mi dorada tiniebla,
cuando, Madre, necesito,
en la sed que me atormenta,
que me llueva hasta tu nombre,
¡Madre de Sierra Morena!

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