juanitorisuelorente -

martes, 13 de junio de 2017

UNA CARTA

(Imagen de la red)




















Vida mía,
del corazón de los instantes siempre amo al más inclemente, será que hasta el más tórrido lo necesito para tenerte como eres, como somos, porque amo de ti hasta tu genio, hasta el polvo que desprenda un beso, las palabras que hieren, o esos momentos, días, en que parece que estamos muy lejos.
Los instantes más hondos ya se mecen donde el mar avanza a cada primera vez, de sol a sol, navegando a los cielos de tu nombre. Esos ya presumen de la miel y del aire, y de soñar juntos, saltar sombras y sentir descalzos.
Cariño, mira,
nuestros adioses buscan la tierra, una isla, una orilla donde detener al mundo y recuperar el aliento, al amor dentro de sí, buscan nombrar todo lo que carece de palabras, alcanzar el para siempre, ver crecer a nuestro lado, piedra a piedra, una flor entre la hierba.
Nos sonríe dulcemente la lucha, sabe de pasos atrás y sin vivir, de todos esos instantes que devoran corazones y arrojan sus cenizas, de esos que también nos visten de pobreza y veredas perdidas, que amo, porque de ti amo hasta el desierto, las esquinas del llanto y lo verde de tu memoria, que amo porque vienen del mismo lugar donde sobrevivo, y no solo de ternura y primavera.
Las heridas que jamás cubrirá el desastre estarán bajo la luz por donde nos movemos, pero todo aceptando la aridez, la raíz que permita el mar, si todo avanza y van saltando barreras y cerrojos.

Te quiero. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario