El pájaro se detuvo.
Entre árboles es tu aire
un cuarto oscuro. Tu respiro
tiene una soga al cuello,
el color de la muerte,
si nada anuda, nada suelda,
nada construye la ceguera,
nada levanta la piedra del
perdón.
La primera noche en vela,
con tu rostro, un libro,
entre los ojos.
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