juanitorisuelorente -

lunes, 2 de noviembre de 2015

MORIR NACIENDO (Soneto)

(Imagen de la red)




















Enciende la inocencia de un abrazo
la antorcha de los ojos que se aman,
que susurran te quieros que reclaman
a los labios fundirse a su regazo.


Nuevos besos esbozan trazo a trazo
los temblorosos cuerpos que derraman
sangre por los efluvios que reclaman
apretar oprimidos fuerte el lazo.


Lentamente el ocaso delirante
es fruto que recoge la tiniebla.
Su progreso retorna a lo distante.


Gozoso el sentimiento pronto puebla
al idioma genuino dominante.
El sexo por sí solo no lo amuebla.


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