juanitorisuelorente -

viernes, 28 de noviembre de 2014

LLUEVO (Doble soneto)

(Imagen de la red)

















Amor, somos un barco a la deriva.
El cielo luce un manto inmaculado,
el mar frena su escala subversiva,
y nos hundimos, culpo a lo hacinado.

¿Fue nuestra tempestad, el ansia altiva,
esa prisa de todo enamorado?
No aceptamos el rol, la vida esquiva,
e iniciamos el viaje al otro lado.
Ahora nos mecen las olas remotas,
sin nada en nuestras manos, sin cabeza,
la ilusión desolada, flores rotas.
Una isla solitaria, y su crudeza,
es la luz a la peor de las derrotas.
Canto a la vida que se erige jueza.
Yacemos abrazados en la arena,
el deseo alcanzó la tierra firme,
atrás quedó la fría y triste almena,
mirar lejos, las ganas de morirme.
¿Acaso nada a nada no envenena?
Ah, amor, solo quiero sumergirme
en tu abrazo, en el beso que ordena
mi desnudez, a tu cuerpo adherirme.
Qué importa este lugar si estoy contigo,
construir la casa, ser nadie de nuevo,
si seré compañero, amante, amigo,
si en mi fiel corazón clavados llevo
tus verdes ojos. Si ya no persigo
crecer y crecer, si por amor lluevo.

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