juanitorisuelorente -

viernes, 24 de junio de 2011

AMAGOS

Mastica aullidos tu tiempo de plata.
Deja un rastro helado la pérdida,
su piel de espinas.

Hay cercanías de encuentros ciegos,
palabras como si fueran siluetas mudas.

El eterno sueño dormido.

La verdad enferma oculta su lengua blanca,
y a destiempo amaneces donde hubo amanecido.

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