juanitorisuelorente -

domingo, 15 de abril de 2018

CANSADA FORTALEZA

(Imagen de la red)














Habito y no habito

por entero

tu universo cansado,

y mi nombre es diminuto.

Acerco el oído

a al sangre encarcelada,

y en ese precipicio

veo lo azul de los naufragios,

una isla forjada de ternura

con el hambre de nosotros.

Y debajo de su noche,

sin hechizo ni rotura,

puedo sentir la luz donde nace el aire,

el mar se cristaliza,

y la distancia es, apenas,

un breve desierto sobre la piel

de los silencios.

Pero al tocar el sueño

en lo que te fue abatido

hay un cansancio en las afueras

de la lucha

donde cabe y no cabe

que brote en mi sangre

vivir tu corazón

sin verte llorar.



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