juanitorisuelorente -

martes, 11 de abril de 2017

LA LUNA EN LA CEBOLLA

(Imagen de la red)




















Comerse la propia luz

en las sombras de la tierra,

ser pobre donde al dolor

pise descalza la pena,

caminar sobre los huesos

por un manjar en la mesa,

con la luna en la cebolla

mostrando al hambre belleza.

Tenía trigos el cielo,

el aire sabía a menta,

a corazones de niño,

y con la sangre de fresa.

¡Libertad sin corazón,

desata la herida ciega,

que el viento meza la cuna,

arrope su carne tierna!

Cuando la luna es escarcha,

se vuelve la sangre negra,

a hierba sabe la boca,

a sustento de una bestia,

el niño pan y cebolla

y más muerta el alma vuela,

lleva la luna en las manos,


la ceguera a su inocencia.

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